Conclusiones
En este día de resaca electoral, sólo se puede decir que ni los populares más optimistas esperaban una victoria tan amplia, ni los más pesimistas que se presentaban como alternativa a Lanzarote esperaban esta debacle.
Una de las conclusiones que se pueden sacar es que por desgracia, tanto en las elecciones municipales como en las autonómicas, la inmensa mayoría de los ciudadanos vota en clave nacional, y ante el actual panorama de crispación, se ha demostrado que los ciudadanos están hartos de que sus representantes se dediquen contínuamente a descalificarse mutuamente ante los aplausos o abucheos de los hinchas, que fielmente animan a los suyos desde la tribuna del Congreso de los Diputados o en la calle, en cualquier manifestación contra alguna ley que casi nadie se ha leído.
Este hartazgo se ha traducido en una baja participación; si en 2003, en Salamanca tan sólo votó el 64% de los electores, en esta ocasión la participación ha bajado a un 61%. Es curioso ver como el PP ha perdido mil votos respecto a 2003, pero sin embargo ha aumentado su ventaja respecto al PSOE, que pierde 3.000 votos además de un concejal, que pasa a los populares.
Es evidente que al PP le ha funcionado su estrategia. Los populares tienen un electorado muy fiel, que acude siempre a las urnas con disciplina militar, por lo que su número de votos suele ser más o menos estable en todas las convocatorias electorales. Su estrategia era símplemente que el PSOE bajara, y para ello ha planteado la campaña en toda España como un referéndum sobre la política antiterrorista del gobierno, de la cual muchos votantes del PSOE discrepan. Además, en Salamanca aderezaron la campaña con una buena dosis de Archivo, asunto que también ha puesto de uñas a más de un votante socialista.
Otra de las claves ha sido que muchos ciudadanos de izquierdas no se han creído que fuera posible echar a Lanzarote. Se tiene la idea de que "Salamanca es una ciudad de derechas" y que es imposible que gobierne otro que no sea el PP. Yo estoy convencido de que del 39% de los ciudadanos que se han quedado en casa, prácticamente ninguno era afín al PP, mientras que seguramente, muchos eran gente de izquierdas que no se molestó en ir a votar, muchos porque no están de acuerdo con la política del gobierno de Zapatero o con la salida de papeles del Archivo, otros muchos porque daban por hecho que es imposible cambiar las cosas, y otros porque Fernando Pablos no les parecía un buen candidato y no creían que Izquierda Unida-Los Verdes tuviera posibilidades de arrebatar algún concejal al PP, o símplemente no creían que esta formación fuera una alternativa seria al PSOE. Quizás si la prensa local hubiera publicado las encuestas que ha realizado, y que no han querido sacar a la luz supuestamente porque no eran muy favorables a Julián Lanzarote, la participación hubiera aumentado al contemplarse una posibilidad real de cambiar de equipo de gobierno.
La gran decepción la ha protagonizado la coalición IU-Los Verdes, estos dos partidos que superaron entre los dos los 5.200 votos en 2003, prácicamente contaban con sacar un concejal, e incluso aspiraban a dos. Ambos partidos, tanto por separado hasta hace unos meses, como desde IU-LV, se han mostrado muy activos en Salamanca y han hecho una intensa campaña, pero tan sólo han obtenido 2.900 votos, muy lejos del 5% necesario establecido por la Ley Electoral. Las causas de la inesperada debacle de IU-LV están menos claras. De los 5.200 votos obtenidos en 2003, parece evidente que 500 han ido a parar a la estrafalaria candidatura del pintoresco personaje Ronald Newby, Los Verdes de Europa, y del resto, algunos puede que se hayan fugado al PSOE por aquello del voto útil, puede que otros hayan optado por la abstención al no parecerles bien que Los Verdes se presenten en coalición con un partido que está a la izquierda del PSOE, o por no estar de acuerdo con el giro de IU hacia el ecosocialismo. Quizá tenga también algo que ver que el periódico más vendido de Salamanca haya realizado un claro boicot a IU-LV. Para La Gaceta de Salamanca, esta coalición no ha existido durante la campaña electoral.
Por su parte, Unión del Pueblo Salmantino, que se ha dedicado a empapelar insistentemente la ciudad durante los últimos meses, ha visto recompensado su gasto en papel, tinta y cola con casi mil votos más que en 2003, cuando se dio un curioso empate a 2.312 votos con IU por el cuarto y quinto puesto. Ahora UPS ha pasado a ser la tercera fuerza más votada.
Una de las grandes incógnitas era cuál sería el resultado de Ciudadanos. Sus dirigentes habían manifestado tener unas expectativas de entre dos y tres concejales. Aunque era evidente que era un farol, se han llevado una decepción importante al no pasar de los 1.900 votos. Muchos de ellos serán parte de los 3.000 que ha perdido el PSOE, y otros de ciudadanos cansados de los partidos políticos tradicionales, que no eligen su voto hasta que se encuentran delante de la mesa de las papeletas, momento en el que se decantan por el que les caiga más simpático. Quizás en eso hayan captado la papeleta de antiguos votantes de Los Verdes - Foro de Izquierdas.
Lo más preocupante es la poca importancia que se da a las elecciones municipales y autonómicas y la desinformación de los ciudadanos ante estos comicios. Las elecciones autonómicas son incluso más importantes que las generales teniendo en cuenta que estamos en un país bastante descentralizado, pero sin embargo, parece que la mayoría de los ciudadanos concibe el Ayuntamiento como una institución que se dedica a reformar calles y plazas, construír parques y poco más; y la Junta la ven como un ente cuya única labor es recoger lo que se dignan a mandarnos desde el Gobierno Central, y protestar porque nos dan poco o estar calladitos, dependiendo de quién gobierne en España. Seguramente, si todos los ciudadanos supieran que la Junta es la responsable de las listas de espera, de la situación de la educación pública y de la despoblación, otro gallo nos cantaría.
Precisamente, el PP ha basado su campaña para las autonómicas en criticar al gobierno de Zapatero por discriminar a Castilla y León en todo, y por supuesto, por llevarse el Archivo, pero creo que no he escuchado ni una sola vez a Juan Vicente Herrera pronunciar el nombre de Ángel Villalba. El candidato socialista ha hecho una campaña bastante buena para lo que esperaba de él, pero ya se sabe, la política nacional es la que manda. En mi opinión, las comunidades autónomas deberían tener la capacidad de convocar las elecciones en las fechas que estimen convenientes, como ya ocurre en las cuatro comunidades históricas. Cuando son las elecciones en Galicia, País Vasco, Andalucía o Cataluña si que se habla de los asuntos que afectan a estos territorios, y las campañas no se centran en la política nacional.
En Castilla y León parecía que estaba todo cantado, y así ha sido, el PP renueva su mayoría absoluta con los mismos procuradores que en 2003, y la caprichosa ley electoral hace que UPL saque dos procuradores, mientras que IU-LV sigue sin representación a pesar de superar ampliamente a los leonesistas en número de votos.
Ojalá dentro de cuatro años, desde los partidos y desde las instituciones se consiga concienciar a los ciudadanos de la importancia de estos comicios, haya menos crispación, los partidos discutan sobre los asuntos que nos afectan directamente a los ciudadanos, en la campaña se hable de la política local y autonómica y no de política nacional, que haya una gran participación, que los medios de comunicación traten por igual a todas las formaciones políticas, y que haya debates públicos entre todos los candidatos. Si en 2011 esto se cumple, gane quien gane, los ciudadanos habrán acertado.
Artículo publicado en La Voz de Salamanca